Hoy es 11 de Marzo, y es tiempo de recordar. Si de recordar aquel dia fatidico en que ninguno de nosotros volvimos a ser los mismos. Recuerdo ese dia como si fuese ayer, aunque hayan pasado ya años. Recuerdo que estaba empezando a estudiar como todas las mañanas, cuando mi madre me llamo y me dijo que me asomara a ver la tele que algo grave estaba pasando. Las dos sin decir palabras veiamos la tele sin entender nada, solo veimos personas con la cara ensangrentada, ambulancias y los periodistas cada vez aumentando la cifra de muertos. Si el final del mundo puede que exista, creo que esas imagenes pueden ser lo mas parecido. Y no entendia nada ni he llegado a entenderlo todavía. Que razón puede tener causar tanto sufrimiento. En esos vagones murieron padres, hijos, hermanos, parejas, amigos...No hay nada que consuele a personas que han perdido a seres queridos, pero como soy creyente, y no quiero pensar que despues de esta miserable vida no hay nada, se que todas esas personas viven en el recuerdo de los que los quieren. Porque estoy convencida que una bomba no puede quitarte los recuerdos, el olor, el sonido de su voz, la sonrisa, la mirada y el recuerdo de un abrazo de la persona que has querido. Por eso no han vencido. Aunque la justicia terrenal sea imperfecta, todos aquellos que mataron en nombre de su fe, saben que su dios les tiene guardada la justicia divina. Como decia un escritor frances la muerte no nos roba a los seres amados, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo.
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